Esta semana en el sitio web del Olive Health Information Service
La newsletter de la Universidad de Navarra y el COI dedicada a la salud
La dieta mediterránea se ha asociado desde hace tiempo con un menor riesgo de enfermedades no transmisibles, gracias en parte a sus componentes clave —en particular, el aceite de oliva virgen extra. Rico en fitoquímicos y grasas saludables, el aceite de oliva ha demostrado numerosos beneficios para la salud, especialmente en lo que respecta a la salud hepática. El estudio PREvención con DIeta MEDiterránea (PREDIMED) analizó la relación entre la adherencia a la dieta mediterránea y la enfermedad hepática esteatósica asociada a disfunción metabólica, medida mediante el índice de esteatosis hepática (HSI). En este estudio de cinco años con 3.145 participantes, aquellos que siguieron una dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva virgen extra mostraron índices HSI significativamente más bajos (β = −0,620, IC del 95 %: −1,077, −0,164) en comparación con quienes siguieron una dieta de control baja en grasas. Estos resultados sugieren que las propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y hepatoprotectoras del aceite de oliva podrían desempeñar un papel central en estos efectos beneficiosos.
Más allá de la salud hepática, nuevas investigaciones destacan los beneficios metabólicos generales de los patrones dietéticos ricos en fibra, como la dieta mediterránea. Estudios recientes han demostrado que la microbiota intestinal, que fermenta la fibra alimentaria en metabolitos como los ácidos grasos de cadena corta, desempeña un papel clave en la regulación de las vías metabólicas e inflamatorias. Una cohorte prospectiva del estudio Di@bet.es encontró que niveles circulantes más altos de ácidos grasos de cadena corta, asociados a una mayor ingesta de alimentos ricos en fibra, predecían un menor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 durante un periodo de seguimiento de siete años. Estos hallazgos refuerzan la importancia de los patrones dietéticos completos, más allá de los nutrientes aislados, en la prevención de enfermedades crónicas.
En resumen, cada vez hay más evidencia que respalda el potencial beneficioso de la dieta mediterránea y de sus elementos característicos, como el aceite de oliva y la fibra dietética. No obstante, se necesitan ensayos clínicos aleatorizados bien diseñados para confirmar estos beneficios y definir los niveles óptimos de consumo.
Otros artículos mencionados esta semana en la newsletter de OHIS (en inglés):
Oliva
Genetic markers of olive fruit weight selected to be used in breeding experiments
Diabetes tipo 2
Mortalidad
Food biodiversity and mortality in older Mediterranean adults with high cardiovascular risk.
Enfermedades hepáticas
Dietas sostenibles
Enfermedades cardiovasculares
Infancia
Otros